Desarrollo del proceso:
El cuerpo áurico es quien primero sufre los desequilibrios, falla su función protectora y va ingresando la enfermedad. Primero se desequilibra el cuerpo espiritual, el más sutil (Cuando nuestra Fe o conexión con la Fuente se pone en duda). Equivale a las partículas subatómicas, las más sensibles a los cambios.
El cuerpo áurico es quien primero sufre los desequilibrios, falla su función protectora y va ingresando la enfermedad. Primero se desequilibra el cuerpo espiritual, el más sutil (Cuando nuestra Fe o conexión con la Fuente se pone en duda). Equivale a las partículas subatómicas, las más sensibles a los cambios.
Este desequilibrio se puede sentir como una sensación de desamparo.
El cuerpo espiritual tras dos años de falta de comunicación habrá
sufrido ya una importante debilitación energética.
Consecuentemente se afecta el campo emocional, al que responden
neutrinos y átomos. Sufriremos emociones como odio, rencor y
desidia, hasta ahora no experimentadas, pero que se vivirán
intensamente a partir de este momento. Esto puede experimentarse
durante dos años más, aunque las manifestaciones las observaremos a
través de las personas que nos rodean.
Posteriormente es el campo mental el que se desequilibra, cambian los
pensamientos, se afectan las moléculas y nos volvemos
inestables. Los pensamientos se hacen lúgubres, obsesivos y repetitivos. Generan un estado constante de atención enfocada, que
provoca un deterioro acelerado del campo mental.
A partir de ese momento la enfermedad está preparada para asentarse
en el cuerpo físico. Células y órganos, a través de los
meridianos comienzan a sintonizarse con el desequilibrio. Aparecen
dolores recurrentes o constantes, malestares, accidentes que creemos
casuales. Son mensajes que de no atenderse se instalan en los puntos
más sensibles a través de los canales de energía y afectan en
última instancia al órgano, incluso al mismo sistema inmune. En
este momento es cuando se acude a un profesional de la medicina.
Estos estados por los que transita la desviación energética´nos
dan la primera pista del desequilibrio en función de cómo estemos
de sintonizados con nuestros campos sutiles así de cómo de
receptivos seamos respecto de los procesos de sanación y prevención
de enfermedades.
Una enfermedad, desde que aparece en estado embrionario (energético)
puede tardar 10 años en manifestarse y la medicina moderna sólo la
detecta cuando ya han transcurrido los 10 años porque requiere de
síntomas físicos. Entonces queremos resolver los errores de 10 años
de manera inmediata. La división entre cuerpo, mente y espíritu
hace de la necesidad de acudir a sanadores parciales como médicos
(campo físico), psicólogos (campo mental) y religión (campo
espiritual).
Las formas antigüas de medicina, que siguen trabajando en la
actualidad, lo hacen de modo integral, unificando estos cuerpos y
llegando al desequilibrio mucho antes de que se manifieste. Todo es
vibración.
Sabido esto es imprescindible integrar todos los aspectos con la
naturaleza, pensamientos, espíritu y materia. O sea, integrarnos
como un solo cuerpo con todo lo existente, fluir sin forzar.
En Murtas Bionatural trabajamos con prácticas antigüas y modernas, te ayudamos a buscar el origen de lo que te ocurre y desde ahí a corregir el sistema vibracional para que lo físico se resintonice y así procurar la reversión a un estado saludable.
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